En los ingenios
“Tengo 37 años en la misma empresa y soy feliz”: Medardo Alarcón
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“Tengo 37 años en la misma empresa y soy feliz”: Medardo Alarcón
¿Cuánto tiempo hay que permanecer en un mismo trabajo? A la fecha, esta interrogante tiene múltiples respuestas. Tres años, cinco años, diez años… algunos le temen a mostrar inestabilidad laboral y otros a estancarse, ¿cómo lo ves tú?
Mayor tiempo en un mismo trabajo, hoy por hoy, suele asociarse con los empleos "de antes". Sin embargo, desde la perspectiva de los colaboradores, lo que las personas siguen valorando para quedarse en un empleo o en un lugar, invariablemente, son las oportunidades para crecer tanto personal como profesionalmente.
Y justamente esa ha sido la vivencia de Medardo Alarcón, quién ha colaborado durante 37 años en Ingenio Chaparrastique, viviendo tres grandes etapas en la historia del mismo: su surgimiento en el oriente del país en 1982, con administración del Inazúcar*; en 1995 cuando se convirtió en sociedad privada y, finalmente en el 2005, con la llegada de CASSA.

A continuación, te compartimos lo que platicamos con Don Medardo sobre sus experiencias como empleado con tanta antigüedad, ya que ha unido su historia de vida a la de la empresa que tanto quiere.
CC: ¿Qué siente cuando escucha el nombre CASSA?
MA: Siento la seguridad de que tengo empleo, una emoción tan grande que quisiera estar joven para seguir trabajando porque cuando llegan empresas como CASSA, que le ayudan a desarrollarse y sacar adelante a la familia, uno quisiera retroceder el tiempo para recibir todavía más beneficios y conocimientos.
CC: ¿Qué cargos ha desempeñado? Cuéntenos alguna anécdota especial de esa época.
MA: Empecé mi vida en la industria cañera en 1973 en el Ingenio San Esteban, cantón Santa Bárbara, en Chalatenango, desempeñándome en el área de tachos; es decir, como responsable de las mediciones del grano de azúcar en el proceso de cristalización. Desde entonces, y hasta la fecha, me he desempeñado en la misma área pero, por mi capacidad y desempeño, logré crecer profesionalmente hasta llegar al cargo de Responsable de área.
Las historias son muchas, aquí llegué junto a otros 50 compañeros que veníamos del ingenio que se trasladó desde Nejapa hasta San Miguel por mandato del Ingeniero José Napoleón Duarte, porque decían que esta zona también debía desarrollarse.

CC: ¡Sus jefes actuales dicen que usted venía amarrado a las columnas del Ingenio San Esteban!
MA: Venía amarrado y sigo amarrado, por eso no me voy, y hasta ahora me voy a desamarrar (dice sonriente).
CC: Y eso, ¿qué significa para usted?
MA: Eso es muestra del espíritu de alegría y armonía con el que llegué a trabajar aquí, y que he mantenido durante todos estos años. He dado lo mejor que tengo a la empresa y la industria azucarera porque me apasiona lo que hago y me siento muy feliz y agradecido por tanto que he recibido.
CC: ¿Cómo vivió todo el proceso de venir desde el primer Ingenio creado en la zona oriental con administración de Inazúcar hasta la empresa que se conformó con la llegada de Grupo CASSA?
MA: La entrega ha sido clave en mi vida. Desde que estuve en el Ingenio San Esteban, en 1973, empecé a trabajar en los tachos porque me fajé trabajando y mis jefes vieron mi desempeño, pero antes era diferente: la tecnología de ese tiempo era casi nula y el sacrificio de uno era tremendo. Cuando el Ingenio Chaparrastique empezó en San Miguel solo habíamos dos jefes de turno, era pesado, casi no había tiempo para la familia, pero desde que llegó CASSA se vio el cambio. Aumentó el recurso de supervisores y se creó un programa de capacitación constante. Eso me ha ayudado a mí y a muchos otros como yo, que llegamos con cursos básicos como le decíamos antes y que es equivalente a un noveno grado de hoy. Nos han dado tantas oportunidades para aprender que le doy gracias a Dios porque aquí mismo he crecido tanto.
CC: ¿Cómo ha sido su crecimiento en la empresa?,
MA: El crecimiento en la empresa ha sido bastante en todos los sentidos. La empresa misma ha crecido pues han seguido invirtiendo, y por eso se hace cada vez más fuerte. Profesionalmente, me siento feliz y agradecido con todas las personas que han confiado en mí, por eso he tratado de aprender todo lo necesario para desempeñar bien el cargo.
CC: ¿Cuáles son las principales lecciones aprendidas en esta vida de Ingenio, tanto a nivel personal como laboral?
MA: En lo laboral valoro todas las lecciones que me han enseñado a hacer lo que me gusta: el mantenimiento de todos los equipos y la supervisión de toda la fábrica. Además, he desarrollado un carácter responsable, disciplinado y con mucho compromiso. Aquí he aprendido que en mi casa y en el trabajo debo comportarme con excelencia y calidad los 365 días del año.
CC: Usted es el responsable del mantenimiento del primer tacho continuo de la industria azucarera de El Salvador. ¿Qué significa eso para usted? ¿Cómo se siente al respecto?
MA: Me siento muy feliz. Ningún ingenio tenía un tacho continuo para hacer azúcar de primera calidad, Chaparrastique fue el primero. Este tacho es netamente automatizado, solo le falta hablar, uno solo detalla los parámetros correctos y él hace su trabajo. Yo le doy mantenimiento a ese tacho y me siento muy orgulloso. Me he dado ese lujo de darle mantenimiento desde hace cinco años que lo introdujimos. ¡Me llevo esa alegría!


CC: Cuéntenos un poco de su familia, ¿qué opinan ellos de su vida en el Ingenio?
MA: Ellos comparten mi felicidad. Tengo ocho hijos y una esposa muy buena y entregada. Me acompañan en las actividades que el Ingenio organiza para la familia y compartimos juntos en cada evento.
CC: Lo sentimos muy feliz cuando habla de su vida en el Ingenio, entonces ¿por qué se retira Don Medardo?
MA: Porque ya cumplí el tiempo. Acabo de cumplir los 65 años de edad y creo que es tiempo de darle oportunidad a los que se están preparando y han venido preparándose en esta área. Yo me siento con la energía para un año más pero debemos darle la oportunidad a los que ya les toca seguir adelante.
CC: ¿Qué consejo les daría a los que vienen entrando y a los que se quedan?
MA: Que se comporten bien, que tengan la responsabilidad y disciplina para que ellos sean personas iguales a mí y duren el tiempo necesario para que puedan levantar a sus familias, tanto en lo económico como en las necesidades que surjan, porque la caña es vida para todos.
CC: Justamente con eso queremos cerrar esta historia, cuéntenos ¿qué significa la caña de azúcar para usted?
MA: Para mí la caña de azúcar es tierra, es todo, es beneficio para todos porque si no fuera por la caña de azúcar no estaríamos acá. La caña de azúcar trae tanto beneficio hasta para ella misma: la cachaza sirve para ella misma como abono, por eso le digo, la caña es vida para todos.

Un tacho continuo es un evaporador al vacío cuya función es cristalizar el azúcar de la miel por evaporación de forma constante y sin parar el proceso. A diferencia de un tacho regular, que debe realizar diferentes descargas hasta completar el proceso deseado de cristalización.
*Inazúcar o Instituto Nacional del Azúcar: fue la institución oficial autónoma de Derecho Público, por medio de la cual el Estado ejerció las actividades de exportación y comercialización del azúcar en El Salvador. Después de 19 años de operación y, por Decreto Legislativo, se disolvió tras la privatización de los ingenios azucareros del país.