En los ingenios
“Al cáncer no hay que tenerle miedo, hay que verlo como un niño berrinchudo al que hay que poner en su lugar”, Oneida Argüello
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“Al cáncer no hay que tenerle miedo, hay que verlo como un niño berrinchudo al que hay que poner en su lugar”, Oneida Argüello
"Al mal tiempo, buena cara", un dicho difícil pero no imposible de cumplir. Oneida Argüello es la enfermera responsable de la Clínica Empresarial de Ingenio Chaparrastique y es un claro ejemplo de la puesta en práctica de esta frase.
Hoy por hoy, puede vérsela caminando por los alrededores del Ingenio o atendiendo pacientes en la clínica con una gran sonrisa, pero dentro de ella guarda una experiencia que la obligó a sonreír y llorar al mismo tiempo y que la convirtió en un gran modelo de fortaleza.
Justo ahí la encontramos los primeros días de este mes de febrero, cuando amablemente posó para una fotografía que luego publicamos en la fanpage de Comunidad CASSA para conmemorar el Día Mundial contra el Cáncer. Sin embargo, su gran historia de superación y entereza merecía un post especial que queremos compartir contigo.
"Nunca piensas que te pasará a ti"
Y es que a Oneida le cambió la vida un día en mayo de 2016, cuando un repentino dolor en el pecho la obligó a escudriñar, entre médico y médico, una respuesta dura que ahora le ha enseñado "a ser más feliz", como ella misma lo dice.
"El cáncer me enseñó a ver las cosas con otro punto de vista: hay que vivir hoy como si fuera el último día", dice Oneida luego de tener un cáncer de mama totalmente inesperado que logró identificar y superar gracias a su perseverancia.
Los primeros análisis no registraron el tumor pero "yo sabía que algo pasaba así que insistí… lloré media hora cuando recibí la respuesta pero luego me sequé las lágrimas y le dije a mi doctora 'ok y entonces ¿ahora qué vamos a hacer?' porque esa fortaleza uno la recibe por la mismas ganas que tiene de vivir", dice.
Con ese mismo ánimo tuvo que enfrentar a su familia. "Fue la parte más dura del cáncer", recuerda Oneida pues la conmoción fue grande. Su papá no quería ni comer y todos los demás estaban tristes. Pero yo les dije: "Un diagnóstico a tiempo es la clave para este tipo de enfermedades y yo voy a salir bien de esta". Y así fue.

"Ángeles" en el camino
Su hermano y su cuñado siempre tuvieron disposición de llevarla a sus tratamientos. Fueron seis ciclos de quimioterapia los que recibió, uno cada 22 días, así que le tocó viajar a San Salvador. Algunos médicos amigos también la apoyaron ofreciéndole estadía en San Salvador y sus sobrinos siempre le dieron el amor que recibió como "la mejor terapia". Pero también conoció a una mujer que le transmitió fuerza y esperanza pues "su caso era clínicamente complicado y siempre me hizo pensar que si ella podía, yo también".
"Esto no va a ser más fuerte que yo" se decía una y otra vez durante los siete meses de su tratamiento. Por supuesto que se preguntaba "¿por qué a mí?, pero eso lo hacía de noche, cuando ya todos se acostaban. Si ella no comía su mamá se ponía mal, entonces, "aunque no quisiera comer o por los efectos secundarios de las quimios no tenía apetito, yo agarraba el plato y comía porque así se sentía bien mi mamá", comenta.

El gran valor del diagnóstico "a tiempo"
Así es como hoy, un año después de esa dura batalla, Oneida no se cansa de insistir en la importancia de los chequeos médicos a tiempo para salvar más vidas.
A las familias de quienes actualmente luchan con la enfermedad les motiva a "que demuestren fortaleza, que les apoyen y no los dejen solos. Que comprendan sus cambios de humor, respeten su soledad y que les den tiempo para asimilar los cambios físicos que se experimentan con el tratamiento". Y a los pacientes de cáncer les recomienda: "que luchen porque al cáncer no hay que tenerle miedo pues esa enfermedad no es más fuerte que las ganas de vivir. Véanlo como un niño berrinchudo al que hay que poner en su lugar", dice animosa.
"Aprendí que debo disfrutar de las cosas por más pequeñas que sean; debo ser feliz con lo que tengo y no esperar que el día de mañana sea mejor o que traiga cosas mejores porque el mañana no existe y no sabemos qué nos espera en el largo camino de la vida", expresa con seguridad.
Oneida se ha abierto a compartir su testimonio cada vez que le resulta posible. Por ese motivo, el pasado mes de octubre participó en el primer desayuno de concientización sobre cáncer organizado para las colaboradoras de Ingenio Chaparratique. "Yo me declaro vencedora", les compartió Oneida, mientras las animó a cuidarse, asegurando que la prevención es la clave.
