Arquitecta de profesión e innovadora por vocación: Jenniffer Molina es dibujante en Ingenio Chaparrastique

[:es]Una escuela para la vida. Un orgullo. Un lugar para crecer y para crear. Eso significa para Jenniffer Esmeralda Molina el trabajo en Ingenio Chaparrastique. Jenniffer es una arquitecta de 29 años que se incorporó a la empresa en el año 2013. Comenzó a diseñar procesos, maquinaria e insumos mecánicos a partir de ideas plasmadas en papel y lápiz; ahora usa herramientas de tercera dimensión para seguir haciendo lo que más disfruta: dibujar.

Su pasión por el dibujo y el diseño fue lo que motivó a Jenniffer a estudiar arquitectura. Nunca pensó que iba a trabajar en un ingenio porque se imaginaba que por su carrera solo podría trabajar en obras civiles; pero, de repente, cuando estaba en cuarto año de su carrera, cada vez que pasaba frente al ingenio pensaba “¡qué chivo debe ser conocer el ingenio!”, y también se preguntaba “¿cómo será allá adentro?”, recuerda ilusionada.

Jenniffer ama la tranquilidad y disfruta desconectarse de la rutina diaria con escapadas a la playa, al lago o a algún río para practicar su segunda pasión: la pesca. “Planeamos cada salida a pescar con muchas ansias”, nos contó pues asegura que la logística de cada jornada conlleva muchos detalles: ver condiciones de clima, analizar a qué lugar viajará, tipo de insumos que utilizarán, etc. Desde pequeña disfruta ir a pescar. Se lo inculcó su padre, dice. Tanto así que recuerda una foto familiar en la que su mamá, aún embarazada, acompaña a su papá en una tarde de pesca.

Apasionada por la tranquilidad de deportes como la pesca, Jenniffer disfruta de la misma concentración que implica su labor de dibujante.

Cuando no va de pesca le encanta quedarse en casa para trabajar en el jardín, leer o cocinar un delicioso asado. Todas son actividades que, al igual que su vida profesional, merecen una buena concentración, tal cual lo hace también en su vida profesional.

Jenniffer es una mujer a quien le encantan los retos; de hecho nos cuenta que es una de sus motivaciones en el trabajo: “es súper chivo pasar del lápiz a la realidad, ver las cosas cuando ya están montadas y, mejor aún, verlas funcionando y saber que todo salió bien y decir ‘sí pude hacerlo’”, asegura.

“Tuve la buena fortuna de llegar en un momento importante de crecimiento de Ingenio Chaparrastique. En ese año se estaban desarrollando 3 proyectos grandes: el montaje del Tacho Continuo, Evaporadores y la nueva Planta Térmica”, recordó. En ese entonces, el área implementaba programas básicos de diseño que, según Jenniffer, eran casi como trazar con papel y lápiz”. Además, desde el año pasado se ha implementado el CAD 3D para la administración de proyectos asistidos por diseño colaborativo, con el objetivo de mejorar procesos mediante herramientas de administración de proyectos y modelado virtual.

Junto a su hermana y amigas, Jenniffer disfruta de la pesca y estar en casa.

Jenniffer es la única mujer delineante, arquitecta de profesión, en Grupo CASSA

“Esta experiencia está resultando fascinante. Ahora trabajando en 3D es mucho más fácil, se hace un solo volumen y de allí solo sacamos piezas, vistas, planos y ya no perdemos tanto tiempo”, afirma. El trabajo sigue siendo desafiante y apasionado para Jenniffer pues dice que lograr que todo encaje es lo más importante.

“Es un compromiso tan grande el que tenemos porque los jefes o coordinadores solo nos dan una idea y nosotros comenzamos desde cero a imaginarnos todo… Es un compromiso lograr que el proyecto se desarrolle de forma ordenada, que engrane todo desde la parte de diseño hasta el montaje final de los equipos”, señala.

Así es Jenniffer, la apasionada y única mujer delineante en Grupo CASSA, responsable de inventar, planificar, presupuestar, elaborar y ajustar piezas, maquinarias y procesos mediante diseños mecánicos que aporten mayor eficiencia y éxito a la operación de Ingenio Chaparrastique. Al mismo tiempo, confesó con emoción que para ella la caña de azúcar: “es oportunidad de crecimiento, de trabajo, de crear y de desarrollo”.[:en]

Una escuela para la vida. Un orgullo. Un lugar para crecer y para crear. Eso significa para Jenniffer Esmeralda Molina el trabajo en Ingenio Chaparrastique. Jenniffer es una arquitecta de 29 años que se incorporó a la empresa en el año 2013. Comenzó a diseñar procesos, maquinaria e insumos mecánicos a partir de ideas plasmadas en papel y lápiz; ahora usa herramientas de tercera dimensión para seguir haciendo lo que más disfruta: dibujar.

Su pasión por el dibujo y el diseño fue lo que motivó a Jenniffer a estudiar arquitectura. Nunca pensó que iba a trabajar en un ingenio porque se imaginaba que por su carrera solo podría trabajar en obras civiles; pero, de repente, cuando estaba en cuarto año de su carrera, cada vez que pasaba frente al ingenio pensaba “¡qué chivo debe ser conocer el ingenio!”, y también se preguntaba “¿cómo será allá adentro?”, recuerda ilusionada.

Jenniffer ama la tranquilidad y disfruta desconectarse de la rutina diaria con escapadas a la playa, al lago o a algún río para practicar su segunda pasión: la pesca. “Planeamos cada salida a pescar con muchas ansias”, nos contó pues asegura que la logística de cada jornada conlleva muchos detalles: ver condiciones de clima, analizar a qué lugar viajará, tipo de insumos que utilizarán, etc. Desde pequeña disfruta ir a pescar. Se lo inculcó su padre, dice. Tanto así que recuerda una foto familiar en la que su mamá, aún embarazada, acompaña a su papá en una tarde de pesca.

Apasionada por la tranquilidad de deportes como la pesca, Jenniffer disfruta de la misma concentración que implica su labor de dibujante.

Cuando no va de pesca le encanta quedarse en casa para trabajar en el jardín, leer o cocinar un delicioso asado. Todas son actividades que, al igual que su vida profesional, merecen una buena concentración, tal cual lo hace también en su vida profesional.

Jenniffer es una mujer a quien le encantan los retos; de hecho nos cuenta que es una de sus motivaciones en el trabajo: “es súper chivo pasar del lápiz a la realidad, ver las cosas cuando ya están montadas y, mejor aún, verlas funcionando y saber que todo salió bien y decir ‘sí pude hacerlo’”, asegura.

“Tuve la buena fortuna de llegar en un momento importante de crecimiento de Ingenio Chaparrastique. En ese año se estaban desarrollando 3 proyectos grandes: el montaje del Tacho Continuo, Evaporadores y la nueva Planta Térmica”, recordó. En ese entonces, el área implementaba programas básicos de diseño que, según Jenniffer, eran casi como trazar con papel y lápiz”. Además, desde el año pasado se ha implementado el CAD 3D para la administración de proyectos asistidos por diseño colaborativo, con el objetivo de mejorar procesos mediante herramientas de administración de proyectos y modelado virtual. 

Junto a su hermana y amigas, Jenniffer disfruta de la pesca y estar en casa.

Jenniffer es la única mujer delineante, arquitecta de profesión, en Grupo CASSA

“Esta experiencia está resultando fascinante. Ahora trabajando en 3D es mucho más fácil, se hace un solo volumen y de allí solo sacamos piezas, vistas, planos y ya no perdemos tanto tiempo”, afirma. El trabajo sigue siendo desafiante y apasionado para Jenniffer pues dice que lograr que todo encaje es lo más importante.

“Es un compromiso tan grande el que tenemos porque los jefes o coordinadores solo nos dan una idea y nosotros comenzamos desde cero a imaginarnos todo… Es un compromiso lograr que el proyecto se desarrolle de forma ordenada, que engrane todo desde la parte de diseño hasta el montaje final de los equipos”, señala.

Así es Jenniffer, la apasionada y única mujer delineante en Grupo CASSA, responsable de inventar, planificar, presupuestar, elaborar y ajustar piezas, maquinarias y procesos mediante diseños mecánicos que aporten mayor eficiencia y éxito a la operación de Ingenio Chaparrastique. Al mismo tiempo, confesó con emoción que para ella la caña de azúcar: “es oportunidad de crecimiento, de trabajo, de crear y de desarrollo”.

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