En Campo
“El amor por el campo lo tengo en las venas”, Pedro Márquez
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“El amor por el campo lo tengo en las venas”, Pedro Márquez
[:es]Hablar de Pedro Antonio Márquez Cumi es hablar de un hombre que ama lo que hace, que se ha criado en el campo, que está acostumbrado al trabajo duro y que, aunque no ha tenido nada fácil en la vida, siempre ha mantenido intactos sus deseos de superación.
Pero hablar de Pedro Márquez también significa hablar de una persona que dignifica las labores agrícolas y que se caracteriza por su humildad y nobleza, además de mantenerse en constante aprendizaje pues, como él mismo asegura, “siempre procuro tomar en cuenta todas las ideas, consejos y sugerencias que me dan, no importa de quién vengan, y eso me permite aprender algo nuevo cada día”.
Pedro es el mayor de 4 hermanos y, debido a limitantes económicas, al salir de noveno grado no pudo seguir estudiando bachillerato; pero eso no lo desmotivó, al contrario, consiguió un empleo en una hacienda ganadera y estudió el bachillerato a distancia (1) en el Complejo Educativo “Thomas Jefferson” de Sonsonate. Al cumplir los 18 años empezó a trabajar en una finca privada de producción de caña de azúcar, en la cual su padre aún se desempeña como mandador (2).
El primer empleo de Pedro fue en una hacienda ganadera y, de esta forma, pudo pagar sus estudios de bachillerato.
Su ingreso a CASSA fue a través de un responsable de producción agrícola, quién lo recomendó para que ocupara el cargo de caporal (3) en una propiedad administrada por la empresa y, gracias a su buen desempeño, disciplina y entrega, uno de los jefes de producción lo incentivó a estudiar Agronomía en la Escuela Nacional de Agricultura y Ganadería (ENA), ofreciéndole orientación y apoyo para gestionar una beca.
Pedro siguió el consejo y, aunque ya tenía 23 años y se sentía un poco mayor para empezar esta carrera, fue a pedir información a la Escuela, aplicó, lo seleccionaron y, además, obtuvo una beca completa del Instituto Salvadoreño de Formación Profesional (INSAFORP). Al graduarse fue contratado inmediatamente como oficial de producción en CASSA y, un año y medio después, fue ascendido a responsable de producción, puesto en el que se desempeña actualmente.
Pero eso no fue todo, como producto de una alianza entre la ENA y la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA), al mismo tiempo de su ingreso a CASSA, Pedro obtuvo una beca para estudiar Licenciatura en Negocios Agroindustriales en dicha universidad, carrera de la cual se graduó en 2016. Lee aquí lo que conversamos con él.
COMUNIDAD CASSA: ¿Por qué decidió estudiar agronomía?
PEDRO MÁRQUEZ: porque desde pequeño acompañaba a mi papá a la hacienda, correteaba en medio de los cultivos y ayudaba en lo que podía. El amor por el campo lo tengo en las venas, mi padre es agricultor, crecí en una comunidad de agricultores en la que aún vivo y de donde no me quiero ir nunca. Mi vida siempre ha estado dedicada al campo.
CC: Cuando estaba en la ENA, ¿cuál era su materia favorita?
PM: Todas, aunque algunas eran difíciles para mí pues mis bases académicas estaban débiles por haber estudiado a distancia, pero era justamente en esas materias en las que yo me esforzaba más. Siempre sobresalí en la parte de campo pues desde pequeño he trabajado con cultivos y ganado y, seguramente por ser algo familiar para mí, siempre puse especial atención a las materias sobre cultivos agroindustriales como el café y la caña de azúcar.
CC: ¿Cuál cree que es la importancia de agricultura en El Salvador?
PM: considero que es primordial para la humanidad porque sin agricultura no hay comida. Muchas carreras pueden desaparecer, pero esta no. A un médico o a un abogado lo visitamos de vez en cuando pero alimento necesitamos todos los días. He allí la importancia de la agricultura.
Pedro durante su época como estudiante de la Escuela Nacional de Agricultura y Ganadería de El Salvador, donde siempre destacó gracias a su dedicación y buen desempeño en campo.
CC: ¿Cuál es su función dentro del proceso productivo de la caña de azúcar?
PM: me encargo de brindar el manejo agronómico que el cultivo necesita desde su establecimiento (preparación de tierra, siembra, manejo agronómico, etc.) hasta su cosecha.
Pero de todo esto, lo más enriquecedor es hacer este trabajo de forma sostenible; es decir, que mi responsabilidad no se limita solo a sembrar y velar porque el cultivo crezca sano y hasta allí, sino que, además, mi responsabilidad es hacerlo de la mejor manera: midiendo los impactos del cultivo, implementando mejores prácticas ambientales, trabajando en la disminución de impactos a la comunidad, brindado buenas condiciones laborales a los trabajadores de las haciendas, entre otros.
CC: ¿Qué es lo mejor de ser un agrónomo?
PM: lo mejor es la satisfacción y el privilegio de servir a los demás. Por ejemplo, las personas con frecuencia me piden consejos sobre qué fertilizante usar en su cultivo, cómo hacer para que el limonero les dé fruto o me piden que los oriente para que su maíz, arroz o frijol produzca más. Todas esas cosas me hacen sentir privilegiado porque a diario tengo la oportunidad de ser útil para los demás.
CC: ¿Qué significa para usted ser un agrónomo en grupo CASSA?
PM: ser agrónomo en CASSA significa ser parte del cambio hacia la sostenibilidad porque es una empresa que nos guía para ser profesionales integrales y producir de forma sostenible, respetando el medio ambiente y permitiéndonos llevar desarrollo a cada trabajador agrícola.
Pedro recibe su título como Licenciado en Negocios Agroindustriales de la Universidad Centroamericana «José Simeón Cañas» (UCA).
(1) BACHILLERATO A DISTANCIA: está dirigido a adultos y jóvenes que, por cuestiones excepcionales o por razón de horario laboral, no pueden asistir a los centros ordinarios durante la semana, por lo que estudian desde su casa y asisten a clases presenciales los domingos.
(2) MANDADOR: persona encargada de ejecutar el plan de manejo agronómico del cultivo, de gestionar el personal y de administrar los recursos de las haciendas.
(3) CAPORAL: persona encargada de distribuir y supervisar las labores de campo.[:en]
Hablar de Pedro Antonio Márquez Cumi es hablar de un hombre que ama lo que hace, que se ha criado en el campo, que está acostumbrado al trabajo duro y que, aunque no ha tenido nada fácil en la vida, siempre ha mantenido intactos sus deseos de superación.
Pero hablar de Pedro Márquez también significa hablar de una persona que dignifica las labores agrícolas y que se caracteriza por su humildad y nobleza, además de mantenerse en constante aprendizaje pues, como él mismo asegura, “siempre procuro tomar en cuenta todas las ideas, consejos y sugerencias que me dan, no importa de quién vengan, y eso me permite aprender algo nuevo cada día”.
Pedro es el mayor de 4 hermanos y, debido a limitantes económicas, al salir de noveno grado no pudo seguir estudiando bachillerato; pero eso no lo desmotivó, al contrario, consiguió un empleo en una hacienda ganadera y estudió el bachillerato a distancia (1) en el Complejo Educativo “Thomas Jefferson” de Sonsonate. Al cumplir los 18 años empezó a trabajar en una finca privada de producción de caña de azúcar, en la cual su padre aún se desempeña como mandador (2).
El primer empleo de Pedro fue en una hacienda ganadera y, de esta forma, pudo pagar sus estudios de bachillerato.
Su ingreso a CASSA fue a través de un responsable de producción agrícola, quién lo recomendó para que ocupara el cargo de caporal (3) en una propiedad administrada por la empresa y, gracias a su buen desempeño, disciplina y entrega, uno de los jefes de producción lo incentivó a estudiar Agronomía en la Escuela Nacional de Agricultura y Ganadería (ENA), ofreciéndole orientación y apoyo para gestionar una beca.
Pedro siguió el consejo y, aunque ya tenía 23 años y se sentía un poco mayor para empezar esta carrera, fue a pedir información a la Escuela, aplicó, lo seleccionaron y, además, obtuvo una beca completa del Instituto Salvadoreño de Formación Profesional (INSAFORP). Al graduarse fue contratado inmediatamente como oficial de producción en CASSA y, un año y medio después, fue ascendido a responsable de producción, puesto en el que se desempeña actualmente.
Pero eso no fue todo, como producto de una alianza entre la ENA y la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA), al mismo tiempo de su ingreso a CASSA, Pedro obtuvo una beca para estudiar Licenciatura en Negocios Agroindustriales en dicha universidad, carrera de la cual se graduó en 2016. Lee aquí lo que conversamos con él.
COMUNIDAD CASSA: ¿Por qué decidió estudiar agronomía?
PEDRO MÁRQUEZ: porque desde pequeño acompañaba a mi papá a la hacienda, correteaba en medio de los cultivos y ayudaba en lo que podía. El amor por el campo lo tengo en las venas, mi padre es agricultor, crecí en una comunidad de agricultores en la que aún vivo y de donde no me quiero ir nunca. Mi vida siempre ha estado dedicada al campo.
CC: Cuando estaba en la ENA, ¿cuál era su materia favorita?
PM: Todas, aunque algunas eran difíciles para mí pues mis bases académicas estaban débiles por haber estudiado a distancia, pero era justamente en esas materias en las que yo me esforzaba más. Siempre sobresalí en la parte de campo pues desde pequeño he trabajado con cultivos y ganado y, seguramente por ser algo familiar para mí, siempre puse especial atención a las materias sobre cultivos agroindustriales como el café y la caña de azúcar.
CC: ¿Cuál cree que es la importancia de agricultura en El Salvador?
PM: considero que es primordial para la humanidad porque sin agricultura no hay comida. Muchas carreras pueden desaparecer, pero esta no. A un médico o a un abogado lo visitamos de vez en cuando pero alimento necesitamos todos los días. He allí la importancia de la agricultura.
Pedro durante su época como estudiante de la Escuela Nacional de Agricultura y Ganadería de El Salvador, donde siempre destacó gracias a su dedicación y buen desempeño en campo.
CC: ¿Cuál es su función dentro del proceso productivo de la caña de azúcar?
PM: me encargo de brindar el manejo agronómico que el cultivo necesita desde su establecimiento (preparación de tierra, siembra, manejo agronómico, etc.) hasta su cosecha.
Pero de todo esto, lo más enriquecedor es hacer este trabajo de forma sostenible; es decir, que mi responsabilidad no se limita solo a sembrar y velar porque el cultivo crezca sano y hasta allí, sino que, además, mi responsabilidad es hacerlo de la mejor manera: midiendo los impactos del cultivo, implementando mejores prácticas ambientales, trabajando en la disminución de impactos a la comunidad, brindado buenas condiciones laborales a los trabajadores de las haciendas, entre otros.
CC: ¿Qué es lo mejor de ser un agrónomo?
PM: lo mejor es la satisfacción y el privilegio de servir a los demás. Por ejemplo, las personas con frecuencia me piden consejos sobre qué fertilizante usar en su cultivo, cómo hacer para que el limonero les dé fruto o me piden que los oriente para que su maíz, arroz o frijol produzca más. Todas esas cosas me hacen sentir privilegiado porque a diario tengo la oportunidad de ser útil para los demás.
CC: ¿Qué significa para usted ser un agrónomo en grupo CASSA?
PM: ser agrónomo en CASSA significa ser parte del cambio hacia la sostenibilidad porque es una empresa que nos guía para ser profesionales integrales y producir de forma sostenible, respetando el medio ambiente y permitiéndonos llevar desarrollo a cada trabajador agrícola.
Pedro recibe su título como Licenciado en Negocios Agroindustriales de la Universidad Centroamericana «José Simeón Cañas» (UCA).
(1) BACHILLERATO A DISTANCIA: está dirigido a adultos y jóvenes que, por cuestiones excepcionales o por razón de horario laboral, no pueden asistir a los centros ordinarios durante la semana, por lo que estudian desde su casa y asisten a clases presenciales los domingos.
(2) MANDADOR: persona encargada de ejecutar el plan de manejo agronómico del cultivo, de gestionar el personal y de administrar los recursos de las haciendas.
(3) CAPORAL: persona encargada de distribuir y supervisar las labores de campo.
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