En los ingenios
¡Para todos los que quieren días con más de 24 horas!
Tiempo promedio de lectura: 4 minutos

¡Para todos los que quieren días con más de 24 horas!
¿Alguna vez has sentido que el tiempo no te alcanza, que por más que hagas "no podrás salir con todo" o te ha tocado elegir entre estudiar y trabajar? Para ti que sabes lo que se siente desear que el día se estire, para ti hemos escrito esta entrevista en la que un joven de 29 años te mostrará que para aprovechar al máximo tu día a día solo necesitas organizarte.
En este post conoceremos a Mauricio Ortíz Cardona, un joven que, pese a las dificultades, derrocha optimismo y espíritu de servicio. El día en que lo entrevistamos se presentó a la cita con su uniforme de trabajo, casco rojo de voluntario brigadista y una enorme sonrisa. Esto fue lo que nos contó.
"Cuando empecé a trabajar, yo tenía 19 años y acababa de graduarme de bachiller. Mi primer trabajo fue como ayudante de electricista, luego ingresé a CASSA-Central Izalco en el 2004, que es donde he crecido y evolucionado. Cuando entré a esta empresa empecé a estudiar Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Sonsonate. Me costaba un poco porque siempre es difícil estudiar y trabajar pero con esfuerzo todo se logra".

COMUNIDAD CASSA: ¿Cómo hacías para balancear tus estudios con el trabajo?
MAURICIO: A veces cambiaba turno con algún compañero, pero siempre había fechas en que no lo lograba y no asistía a clases; entonces pedía las anotaciones y buscaba a mis amigos para que me explicaran la clase. Una vez me sucedió algo que me dio la pauta para seguir adelante, y fue que no pude asistir a un examen parcial y la nota me quedó de cero; afortunadamente, en el siguiente parcial me saqué 10 y logré pasar la materia. La carrera se hizo un poco larga porque no podía llevar muchas materias, pero el año pasado por fin me gradué, así que ahorita estamos estrenando el título.


CC: ¿Qué te impulsó a trabajar y estudiar a la vez?
M: En mi familia eso lo llevamos en la sangre porque mi segundo hermano también comenzó a trabajar muy joven. Además, si yo no trabajaba no podía seguir estudiando, ya que mis papás no podían pagarme la universidad. Ahora le ayudo a mi hermano menor para que él pueda tener una educación universitaria mientras encuentra empleo.
CC: ¿Qué fue lo más difícil de trabajar y estudiar a la vez?
M: El poco tiempo que te queda porque yo salía de trabajar a las 5:00 de la tarde, luego iba a clases de 6:00 a 9:00 p. m., y al llegar a mi casa me ponía a estudiar y a hacer tareas. Entonces el tiempo en el que podía descansar lo usaba para reunirme con mis compañeros a hacer las tareas grupales. Casi siempre me acostaba como la 1:30 a. m. y me levantaba a las 5:30 a. m. Esa fue mi rutina y se agravó un poquito más cuando hice la tesis.

CC: Y las ventajas, ¿cuáles crees que son?
M: Que uno crece bastante como persona porque aprende a valorar el tiempo y se adquiere disciplina. De hecho, en mi tiempo libre, me gusta practicar deportes e involucrarme en labores de voluntariado y participación comunitaria porque eso te enseña a organizarte mejor, a madurar, a fortalecer el carácter y a valorar a la familia. Si yo no hubiera estudiado, habría tenido más dinero para otras cosas pero lo importante es que no malgasté mi dinero sino que lo invertí en mi educación y mi futuro.
CC: Cuéntanos sobre tu trabajo de voluntariado, ¿en qué proyectos estás involucrado?
M: Soy brigadista aquí en la empresa y, antes de eso, yo no sabía nada de primeros auxilios, rescate de alturas, ni sabía usar extintores; pero he aprendido sobre seguridad ocupacional y es una gran responsabilidad porque uno debe estar pendiente y dispuesto a ayudar a cualquier persona en todo momento. Con lo aprendido podemos salvar la vida de otros. En cuanto al voluntariado, aparte de ser brigadista, también soy docente facilitador e imparto clases de Matemática a mis compañeros de trabajo en un programa educativo de la empresa que cariñosamente llamamos "la escuelita".

CC: ¿Qué es lo más difícil y lo más bonito de enseñar?
M: Lo más difícil es cuando a las personas les cuesta aprender algo, porque uno comparte su tristeza y frustración. Y lo más bonito es verlos crecer académicamente, verlos pasar de grado porque uno hace suyos los sueños de esas personas, entonces mi objetivo es lograr que ellos hagan realidad su sueño de aprender y contribuir a su desarrollo humano.
CC: ¿Qué te gusta hacer en el poco tiempo libre que te queda?
M: Juego básquetbol, vóleibol y fútbol. También pertenezco al club de leones de Sonsonate donde realizamos actividades de servicio a la comunidad los fines de semana. Y los sábados canto en el coro de la Iglesia porque desde pequeño fui acólito y después catequista.

CC: ¿Qué les dirías a las personas que quieren hacer voluntariado?
M: Que no hay nada mejor que servir. Independientemente de lo que hagamos, a través de nuestra vida personal y profesional siempre podemos contribuir a darle una dirección humana, ayuda y alivio a otras personas. Todos podemos aportar tiempo y creatividad para ser puente de todo aquel que necesita de nuestra ayuda, solo basta diferenciar que existen algunas personas que quieren que algo ocurra, otras que sueñan con que algo pase, y otras que hacen que las cosas sucedan.
