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Picado en Izalco: el arte de cortar con tijeras
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Picado en Izalco: el arte de cortar con tijeras

Estamos seguros de que, más de una, vez habrás visto el cielo de alguna plaza pública rebosante de colores y figuras en papel de china, o habrás asistido a alguna fiesta decorada con papel picado; pero ¿te has preguntado de dónde viene esa tradición?, ¿quiénes son los dueños de las manos que, con tanto esmero, cortaron ese papel? Nosotros te lo vamos a contar en este post.




El arte del papel picado surgió en los tiempos de la Colonia y se utilizaba para decorar las fiestas de los pueblos, especialmente las cofradías, el Día de la Cruz y el Día de los Difuntos. Este arte sigue vivo después de varios siglos, sobre todo en Izalco (Sonsonate), gracias al gran artista de raíces indígenas, don Manuel Pasasin, que dedicó su vida a mantenerlo vigente.


Durante muchos años, don Manuel fue el referente del papel picado izalqueño y sus manos fueron artífices de verdaderas obras de arte en papel de china, hasta su fallecimiento en octubre de 2013. Afortunadamente, transmitió sus conocimientos y experiencias a muchas personas, sobre todo a jóvenes de su pueblo, y uno de sus más talentosos y aplicados alumnos fue el ahora artista multidisciplinario Hamilton Peña.
Heredero del arte de tallar papel
Hamilton Eduardo Peña Tutila, de 28 años, es originario de Izalco y está orgulloso de sus raíces indígenas. Es dibujante, pintor, artista de alfombras y heredero del tradicional arte de papel picado. Sus armas: tijeras y papel de china.
Te compartimos esta entrevista para que lo conozcas mejor.

COMUNIDAD CASSA: ¿Cómo fue que te interesaste en el papel picado?
HAMILTON: Quería conocer ese arte porque era una tradición que ya se estaba perdiendo en El Salvador y que es muy importante conservar porque forma parte de nuestra herencia popular. Además, desde pequeño me gusta el arte; pinto y dibujo desde que tenía cuatro años de edad. Ya en mi adolescencia empecé a colaborar en la Casa de la Cultura de Izalco, y allí aprendí a mejorar mis técnicas en dibujo y pintura.
Un día, la directora de la Casa de la Cultura me contó que CASSA estaba patrocinando un taller de papel picado, impulsado por el Museo de Arte Popular, y que iba a ser impartido por el gran maestro Manuel Pasasin. Me entusiasmé desde el primer día porque él era una especie de cacique en el pueblo, un artista reconocido y respetado; y qué mejor oportunidad para mí que la de poder aprender de él.
Pese a que éramos familia lejana, él y yo no teníamos contacto antes del taller, y fue allí que empezamos a acercarnos hasta el punto de compartir conmigo cada nuevo diseño que creaba. Así nació mi carrera en papel picado; pero mi interés real de dedicarme al arte me surgió cuando tenía diez años gracias a que un tío me regaló una caja de acrílicos.

CC: ¿Cuál es el recuerdo más valioso que tienes del maestro Pasasin?
H: Son muchas cosas, todo lo que me enseñó es una herencia invaluable para mí pues de él aprendí técnicas, pero también me enseñó a tener imaginación y creatividad para trasladarla al papel picado. Yo siento que todo ese aprendizaje es un gran legado que me dejó, y a él lo recuerdo como un gran maestro y un ser humano apasionado con su arte.
CC: ¿Cuál es la principal diferencia entre dibujar, pintar y hacer papel picado?
H: El papel picado es más difícil, uno debe dibujar antes y luego trasladar el diseño al papel, cuidar que lleve los agarres, cuidar que cada diseño que se haga quede dentro del espacio adecuado, tener muchísimo cuidado al plancharlo porque se puede pegar y romper. El papel picado requiere mucha concentración y precisión en los cortes.

CC: ¿Se puede vivir del arte popular?
H: Sí, se puede. Por ejemplo, yo le he puesto mucha dedicación, es un arte casi extinto y no podemos permitir que muera. Participo en demostraciones en eventos que se realizan con museos y casas de la cultura; voy a ferias en Pueblos Vivos, allí la gente ya me conoce y llegan a preguntar por mí para comprar mi papel. También vendo papel picado para eventos especiales como bodas, graduaciones o fiestas patronales. Tengo mi página en Facebook y allí a veces me contactan personas de otros países que quieren papel picado. Adicional a eso, un amigo mío tiene una librería y allí vende mi papel en paquetes de 25 gallardetes. Para el mes de septiembre vendo mucho en las librerías, y durante el año doy clases en la Casa de la Cultura y, en ocasiones, en el Museo de Arte Popular. Por eso les puedo decir que, con esmero y amor, sí se puede vivir del arte popular.
CC: ¿Cuál es tu sueño?
H: Fundar un museo solo de arte popular de Izalco y de tradiciones.
Así concluyó nuestra plática con este joven emprendedor, que inició haciendo dibujos de Dragon Ball Z y que ahora es un gran artista y representante del arte popular de El Salvador.
